Recomenzar a amar con alegría

¡Cuántas veces perdemos el rumbo y cuántas aún lo perderemos! Pero ¡que no nos venza la pesadumbre! Creemos en la fuerza del Amor que tiene "ojos misericordiosos" y nos devolverá al camino las veces que haga falta. (P.M.)

Aceptar con humildad nuestras debilidades

Rebelarse es añadir una debilidad más, el orgullo. El Médico aconseja "no pretender grandezas que superan nuestra capacidad, sino acallar y moderar nuestros deseos como un niño en brazos de su madre". Solo se cura lo que se asume. (P.M.)

Seamos los primeros en amar, empezando ahora mismo

Es un gesto valiente que nos hace crecer, cada vez más "parecidos" a Dios: adelantarnos a dar el primer paso, buscar en seguida la reconciliación, tener a raya la fierecilla del amor propio. Que prevalezca el amor a los demás. (P.M:)

Dejarse ayudar por los hermanos

Una prudente desconfianza de sí mismo evita muchos errores, obliga a preguntar y a escuchar, libra de la autosuficiencia, regala la sabiduría de la unidad, ayuda a crecer, y "enseña a ser pacientes y compasivos con los demás". (P.M.)

Estar en comunión entre nosotros

Es una especie de milagro. Si se nos regala, deberíamos cuidarlo con mimo. Poder mirarnos a los ojos con admiración y respeto, abrir el corazón y poner en común lo más íntimo. es hacer que Dios reine y sane y eleve este mundo. (P.M.)

Que sea el amor el que guíe nuestras acciones

Como el cuerpo necesita moverse para estar sano, y no hay luz en el faro de la bicicleta si no pedaleamos, el alma goza de salud cuando ama, y solo entonces, aun siendo "de noche" porque sufrimos, se alegran los ojos y contagian la vida. (P.M.)

El amor refuerza nuestra fe

"Con el corazón se cree". De otro modo, las verdades de Dios se quedarán frías, impersonales y abstractas. Si a Dios le queremos de verdad, aunque sea a ojos cerrados, el amor nos los abrirá, porque el amor trae la luz. (P.M.)

Ser acogedores con todos

Peleas y particularismos se empeñarán en que nos veamos como "forasteros" unos de otros por convicciones, ideas, carácter, maneras de ser... Para nuestro Hacedor, todos "somos de casa". Algún día pasaremos el examen. (P.M.)

20.2.2020 Sentirse mirados y queridos por Dios

Se somete Él en silencio miles de veces a nuestros interrogantes, y lo "hacemos" tan pequeñito que cabe en nuestra mente. Hasta que descubrimos que es Amor y solo le "sentimos Amor" cuando tenemos amor. Nos hizo así, como es Él. (P.M.)

Perdonar con sincero corazón

Si, mirando atrás, nos asombra ver de cuántas maldades nos libró la Providencia y la sana educación ¿será para convertirnos hoy en jueces del mundo, o, más bien, en instrumentos de la Verdad y la Bondad Misericordiosa del Cielo? (P.M.)

Sostener a quien tiene dificultades

Ese misterio que somos cada uno, cuando "las cosas andan flacas", tal vez no necesite siempre consejos; sí necesitará el amor y la compañía que es luz y mano amiga y protección; tal vez solo "estar", "hacernos espaldas unos a otros". (P.M.)

Actuar en plena concordia

Donde impera la discordia y la división, ofrezcamos "espacios sanadores" que muestren el poder de la unidad y el amor recíproco. Amar a todos no es amar todo. La mentira, el egoísmo, la crítica estéril, son cosas para odiar, no para amar. (P.M.)

Ser un signo de esperanza para muchos

¡Cómo anima en este "viaje" de la vida que una cara alegre nos recuerde que todo tiene sentido, que amar las cosas que nos llevan a un fin, merece la pena por ese "gran fin" al que nos llevan! Que "lo mejor está siempre por acontecer". (P.M.)

15.2.2020 Nuestras fragilidades pueden convertirse en nuestra fuerza

Traen esas fragilidades un aviso que solo atiende el corazón humilde: potenciar en nosotros un misterioso resorte, una  especie de "alquimia divina" que trasforma el dolor en más amor y la debilidad en energía. Se puede comprobar. (P.M.)

Vivir con recta conciencia

¡Vivir! Nos llegan cada día voces, imágenes, opiniones... Es bueno estar atentos. Sin olvidar que la "vida divina" la llevamos dentro, es imperecedera, y es Voz que equilibra y da sensatez. Necesitaremos, eso sí, nuestro espacio de silencio. (P.M.)

Dirigirse a Dios con total confianza

Relatando, orgulloso, el niño las grandezas de su padre, remueve nuestra primera inocencia. Un poco de amor a Dios basta para valorar en seguida su Corazón de Padre, Manos omnipotentes, Ojos que invitan a la Verdad y a la Bondad... (P.M.)

Abrirse a los demás con amor

Para ventilar el corazón y respirar aire puro y estar sanos; para no ser criaturas oscuras sino "lámparas que alumbren"; para tender puentes y derribar muros; para que nuestra mente pueda distinguir el bien del mal, la verdad de la mentira. (P.M.)

11.2.2020 La confianza en el otro acrecienta la fraternidad

Porque ese "Otro" es primeramente Dios, que "nos ha destinado a ser sus hijos", nos pide, por encima de tanta guerra de ideas, no perder la fe en la bondad que sembró Él en los demás, ni el deseo de comunión y de fraternidad universal". (P.M.)

Reavivar nuestra fe en Dios Padre

¿A quién no le duele la sensación de orfandad que vive tanta gente a nuestro lado? Transmitir con nuestra vida que Dios está con nosotros, vive y sufre y acompaña, inseparable, cada situación nuestra... es un deber de justicia fraterna. (P.M.)

Abandonarnos al amor de Dios

Es natural que nos hagamos mayores; es sobrenatural que, cada día más, "nos hagamos" como niños. Vivir y ocuparnos de las cosas sin agobios, es propio de hijos que conocen al Padre y "crecen" en la seguridad de ese Amor sin límites. (P.M.)

Servir con alegría a quien lo necesita

Es que esa alegría precisamente es el mayor de los servicios. Porque lleva dentro nuestro corazón, ofrece la amistad y la unidad. "He aquí la sierva del Señor" ¿Se pueden imaginar esas palabras de la Virgen pronunciadas con tristeza? (P.M.)

Acercarse a cada prójimo con la caridad

Caridad, agapé: es la manera que Dios tiene de amar. No un sentimiento pasajero, ingenuo, condescendiente con todo, sino Luz potente que guía, eleva, purifica, corrige, construye... Sus hijos pueden amar con ese Corazón. Está demostrado. (P.M.)

Fortalecer nuestra confianza en los demás

¿Qué "celo" extraño del corazón humano induce a pensar que el bien que nosotros hacemos es siempre encomiable, mientras deja de serlo el bien que hacen los demás? ¿Acaso el Bien tiene sus monopolios? (P.M.)

Creer en el amor de los hermanos

Un corazón humilde no "usa" su facultad de amar para medir con ella el amor de los otros.  ¡La vida afectiva de cada uno se expresa de tan diversos modos! ¡Cuántas sorpresas nos llevaríamos si nos conociéramos mejor por dentro!  (P.M:)

Saber discernir el querer de Dios

Para entender cada día con más luz "el verdadero por qué de nuestra existencia, que nadie conoce mejor que Él". No hay mayor satisfacción en este mundo que la de ser sus colaboradores y "educarnos en su paciencia y en sus tiempos". (P.M.)

Tener un corazón puro

Solían las madres rezarle a la Virgen mientras "vestían de limpio" al pequeñito, como encomendando a Ella su inocencia. No es obra humana, en efecto, nuestra pureza, sino de esa Palabra divina que introduce la Luz y nos llena de su resplandor. (P.M.)

Pedir con perseverancia el don de la fe

No es la debilidad lo que nos aleja de la fe sino el que nos asuste sentirnos débiles. ¿Es problema reconocer que no somos Dios? ¿Le acompleja al niño la fortaleza del padre o es esa fortaleza precisamente su propia seguridad? (P.M.)