Crear entre nosotros el calor de la familia

¡Que nada se anteponga a ello! Intentar comprendernos hasta el fondo, cuidar los detalles, participar de las alegrías y los dolores... Será esa la "mayor gloria de Dios", lo que nos permitirá decir "Padre nuestro" sin avergonzarnos. (P.M.)

Dar el propio tiempo con generosidad

Es el gran regalo que me ha hecho el Cielo: mi tiempo. No soy su dueño ni tampoco su esclavo; solo su administrador. Dios, "Calma infinita", me enseñará a no perderlo ni desperdiciarlo; a eternizarlo en el amor "que no pasa nunca". (P.M.)

Vivir con plenitud el momento presente

"Ahí" es donde me ofrece su mano Quien me ha creado. Es el "Eterno Presente", y me ahorra el sufrimiento estéril de la "distracción". Lo que "soy" donde estoy es toda mi realidad y mi fuerza, mi paz. Así canto a la vida. (P.M.)

Acoger al otro sin prisas

Empezando por mi primer "Otro" a quien no puedo tratar con "rezos" descuidados, de cualquier manera. La relación con Dios da profundidad a las otras relaciones. Y no por la cantidad de tiempo sino por su calidad y sosiego. (P.M.)

27.7.2020 Acompañar con amor a quien pasa por una dificultad

No suele tener rostro amable la dificultad, pero es educadora, enseña la humildad, e invita al amor y al acercamiento mutuos. Y dice al oído de la fe: "Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, confía en el Señor". (P.M.)

Actuar por el bien de todos

Ese "todos" es lo que ensancha el corazón. ¿Puede alguien dudar que esta vida es camino hacia la misma "ciudad de Dios", miembros todos de la Familia? Tarea de buen caminante es "reconocer el camino" e infundir esperanza. (P.M.)

Acoger al otro sin prejuicios

Cuando la claridad de nuestros principios degenera en parcialidad e intolerancia, es señal de que el corazón ha dejado de ser puro y sigue más la mentalidad del mundo que la sabiduría de Dios. Toca "renovarse en la mente y en el espíritu". (P.M.)

Servir con diligencia

Contentos. Hacendosos. Sacándole gusto a la tarea. Sin refunfuños ni haciendo pesar que servimos. Con dignidad. Somos todos hijos del Rey que se ha puesto el primero a servir, y Él "ama a quien da con alegría". (P.M.)

Tener confianza en los hermanos

No es "moneda corriente" en este mundo esa confianza. Solo cuando "madrugo", aunque esté oscuro, para sentir hondamente la confianza de Dios en mí (¡me llama por mi nombre, me conoce!), podré "anunciarla a mis hermanos". (P.M.)

Estar a disposición de todos

Un corazón humilde es como "un depósito" que procura llenarse cada día para ofrecer el "agua viva" que tantos sedientos buscan. No es para nosotros la fuente. Con discreción, con prudencia, demos de balde lo que se nos dio de balde. (P.M.)

Aportar el amor donde vivimos

Para que "baje hasta nosotros la bondad del Señor" y vivamos de verdad, más allá de las dificultades de cada día. Porque aportar quejas y malos humores es renegar ante Dios de "nuestra estirpe de hijos" y malvivir. (P.M.)

En la construcción de la fraternidad, tengo yo mi parte

Necesaria, imprescindible. No puedo decir "Padre nuestro" sin sentir que influirá, en esa Familia, cada palabra mía, cada pensamiento, cada oración, cada lucha, cada dolor...Aunque sea todo tan pequeño como una "levadura". (P.M.)

Aliviar con generosidad los pesos del prójimo

Ponerse en su lugar, "arrimar el hombro", más allá de juicios y prejuicios, es propio del corazón humano, su "timbre de nobleza". Y el más vivo ejemplo, el amor de madre. ¡La Madre! Siempre junto al Hijo, "abogada nuestra", de todos. (P.M.)

Tener un corazón sincero

Para no tenerle miedo a la verdad; que ella nos limpie de las incrustaciones que se depositan en la conciencia. A Dios le gusta que estrenemos "claridad de corazón cada mañana"; así puede inculcar en nosotros su sabiduría. (P.M.)

Creer en la fuerza del amor

Un gesto bondadoso, una palabra amable, una presencia silenciosa... mejoran este mundo más que muchos discursos. Pero esta sabiduría se entiende cuando somos sencillos, no cuando nos las damos de "sabios y entendidos". (P.M.)

15.7 Sostener a quien está pasando una prueba

Nos necesitamos mutuamente, es indudable. Pero no para sustituirnos en la dificultad sino para correr juntos y gozar de la vida. Nadie pedalea en la bicicleta del otro, pero el amor es creativo y adivina cómo "estar" a su lado. (P.M.)

No perder nunca la esperanza

"Estamos en las manos de Dios", dice la fe sencilla; y logra ver esas manos en tantos detalles providenciales que lo demuestran constantemente. El camino parecerá superar nuestras fuerzas, pero nunca el vigor de esas manos. (P.M.)

Amoldar nuestra voluntad a la de Dios

Habla el Creador en nosotros, como habla en toda la creación. Somos palabras suyas. Pero nuestra libertad "hará" que esa palabra suene viva o suene hueca. Como nuestro comportamiento honra o deshonra nuestros apellidos. (P.M.)

Hacer nuestro el dolor de quien está cerca de nosotros

Es ley del verdadero amor. ¿No atrae fuertemente la predilección de la madre el hijo desvalido? ¿No lo expresa la ternura de sus hermanos? Amar a quien sufre introduce en nosotros una Vida nueva. Es la presencia del Amor que crece. (P.M.)

Saber escuchar para asumir las necesidades de los demás

No se va a la fuente con un cántaro lleno, sino vacío. Es inútil escuchar al prójimo con la mente llena de "respuestas" y el corazón duro. ¡No! Dios escucha "inclinando su oído hacia mí". Sabe amar solo quien sabe abajarse. (P.M.)

Acoger a todos en sus diferencias

Si ello es muchas veces motivo de contento, otras veces será desagradable y fuente de contradicción. Conviene, entonces, recordar que Dios (¡tan diferente de nosotros!) es "santo en medio nuestro y no enemigo a la puerta". (P.M.)

Saber perdonar y recomenzar

Se trata de esmerarme hoy "en lo que construye la paz y la vida común". Con los fallos propios y los ajenos. Que, si "la puesta del sol nos sorprende en nuestro enojo", le habremos dejado "resquicio al diablo", padre de la división. (P.M.)

Todo es posible cuando nos amamos unos a otros

Porque ese amor mutuo es Ley de la Creación que "posibilita" la omnipotencia de un Padre siempre en busca del bien de sus hijos, lo entiendan ellos o no. Quebrantar esa Ley es "sembrar viento y recoger tempestades". Lo dicen los hechos. (P.M.)

7.7.2020 Construir relaciones de fraternidad

Podrá la casa cubrirse de tinieblas, pero será siempre nuestra casa, la única Casa de todos y del gran Padre del Cielo. Pero no esperemos que la luz venga de fuera, porque está dentro de nosotros, y es el amor fraterno la Luz. (P.M.)

Estar atentos a las necesidades de los demás

Son esas necesidades el combustible que mantiene encendida la misericordia en nuestro corazón, nos liberan de la tristeza y el individualismo, y hacen que las preocupaciones nuestras dejen de parecernos tan grandes. (P.M.)

Amar a todos con un corazón materno

Es, con sus limitaciones, lo más parecido al Corazón de Dios. ¡Modales duros y agrios, no, por favor! Mas bien, amor que se sacrifica, acoge y salva la vida de nuestra humanidad doliente. Con ternura, que es virtud de fuertes, no de débiles. (P.M.)

Estar agradecidos a quien nos hace el bien

Una buena pregunta para comenzar el día: ¿qué tengo yo que no lo haya recibido? ¿la vida? ¿la salud? ¿la fe?... No vaya yo a creer, arrogante, que todo me es debido. La humildad me hará ver en la vida más bienhechores que deudores. (P.M.)

3.7.2020 Asumir los sufrimientos del prójimo

Comprenderlos, sentirlos, ayudar a sobrellevarlos. El prójimo es siempre nuestra "tierra sagrada"; ahí nos corresponde vivir y sufrir unidos y confiados. Es ley de Familia. Y "a quienes confían en el Señor, la misericordia los rodea". (P.M.)

Realizar acciones concretas de solidaridad

¡Cuántas veces un sencillo acto de amor basta para encender nuestro corazón y ponerlo en marcha! Si el cuerpo humano necesita moverse para estar sano, mucho más lo necesita el alma, cuya salud es ejercicio de amor. Dios nos hizo así. (P.M.)

Acoger con amor la voluntad de Dio

Si nada sucede por acaso, y este mundo obedece a un plan del Amor Creador, por muy dura y misteriosa que nos parezca, a veces, la vida ¿hay algo más inteligente y práctico que colaborar sin tristezas, de corazón, con ese Corazón? (P.M.)