Ser constructores de paz

Si en nuestro corazón vence el sosiego sobre nuestra rebeldías y apegos y desasosiegos, contagiaremos y aliviaremos el mundo en su debilidad. La paz que nos da la fe sacia y fortalece los corazones; es "pan de las almas". (P.M.)

Escuchar al prójimo sin prisas

Es él una "palabra", que no se expresa sin mi silencio. Todos hemos conseguido "expresar" nuestra verdad más profunda cuando hemos sido escuchados profundamente. "Catalogarnos" sin amor, es hacernos mutuamente "insignificantes". (P.M.)

Crear a nuestro alrededor un clima alegre de familia

Incluso en momentos difíciles. Porque Dios se hace más presente cuando "descargamos en Él todos nuestros agobios" y, con fantasía de niños, desde nuestra pequeñez, soñamos un mundo unido por la fraternidad universal. (P.M.)

Ser generosos con todos

Desde donde estamos, con la vista puesta en el mundo entero y dando lo mejor que tenemos para "desinfectarlo", la virtud: bondad frente a la malicia, silencio frente a la verborrea, unidad frente a la división, verdad frente a la mentira. (P.M.)

Crear relaciones solidarias

¿Olvidaremos que, cercanos o distantes, somos seres espirituales? ¿Que nuestras relaciones son sanadoras cuando fluye en ellas la comunión de nuestra vida interior y no sólo las comunicaciones y las noticias externas? (P.M.)

Hagamos nuestros los deseos de los demás

Como la madre, tras lamentos y deseos contradictorios, sabe leer las verdaderas necesidades de sus hijos, la Virgen sabe hoy que sufrimos "no hambre de pan, ni sed de agua, sino de escuchar las palabras de Dios". "Danos hoy nuestro pan...". (P.M.)

Perseverar en el amor

Nos llega la tentación de "tirar la toalla": pensar que esto de amar nada resuelve y solo nos mantiene esclavos. ¡No, por Dios! "La perseverancia es el amor probado", y el amor es lo único que permanece. Sufrir pasa; haber sufrido queda. (P.M.)

Querer el bien del hermano

De todos; que somos todos hermanos. No solo no desear su mal, sino querer su bien. Nuestro corazón limpio colabora así con Dios, que conoce el Bien verdadero de cada uno (ni lo sé yo ni lo sabe la propia persona) y sabe actuarlo. (P.M.)

Sostener concretamente a quien vive una situación difícil

Y ese amor, a su vez, a mí, que ahora soy "sostenedor", también me sostendrá. El amor mutuo es "fuerza de salvación". Y "una pequeña partícula de amor, pareciendo tan débil, es muy superior a la máxima capacidad de destrucción". (P.M.)

(La cita es de Benedicto XVI).

Ser responsables del bien común

Porque común es la Casa en que nos alojamos. Todos y cada uno, madurando, de las manos del Dueño recibimos "las llaves". Somos responsables de la administración, de las buenas prácticas y del sueño de Dios: "Que todos seamos uno". (P.M.)

Descubrir en cada cambio una oportunidad de crecimiento

¡Cuánta paciencia y sabiduría necesitaron nuestros padres para afrontar "las crisis de crecimiento" de sus hijos! ¡Y cuanto a regañadientes aprendemos que "los planes de Dios no son nuestros planes, ni sus pensamientos los nuestros"! (P.M.)

Hacer que renazca en nuestro corazón la esperanza

Y puede renacer porque ya está nacida. Somos hijos de Dios, aunque todavía no lo seamos del todo. Esa "gestación" que vivimos, oscura y, a veces, dolorosa, nos llevará a la plenitud. Creer en ese Amor es confiar y amar y estar seguros. (P.M.)

Vencer la indiferencia

El amor a la verdad produce valientes, no indiferentes. No basta "no hacer el mal". En vanguardia o desde la pequeña trinchera, luchamos por "desenmascarar la mentira" que infecta los corazones. Sin ruido, con humildad. (P.M.)

Dar con generosidad

Da a luz la vida una madre porque el Creador pone un alma en aquel cuerpecito. Damos la vida a nuestro cuerpo social cuando infundimos en él la fe y el amor y la esperanza. Solo el "Espíritu Creador renueva la faz de la tierra". (P.M.)

Responder mejor que ayer a las necesidades de nuestro prójimo

Sí, porque hoy conocemos mejor el problema, lo asumimos más en serio. Y, sobre todo, nos preguntamos con humildad cómo quiere que reaccionemos el Padre del cielo, para el cual "hasta los cabellos de nuestra cabeza están contados". (P.M.)

Estar atentos a las necesidades de quien pasa a nuestro lado

Porque pasa no por casualidad, que para nosotros no existe, sino para despertar nuestra atención, abrirnos los ojos, ofrecernos la gracia de servir libres de egoísmo, y hacernos no solo más cercanos sino más hermanos. (P.M.)

Custodiar la creación depende también de mí

¿Alguien podrá olvidar hoy que somos algo más que vecinos, es común nuestra "vivienda", todas las criaturas están conectadas, "nos necesitamos unos a otros", e incluso nuestros pensamientos pueden ser tóxicos o saludables? (P.M.)

Ir al encuentro de los demás

De los que están cerca y de quienes viven lejos. Que, si los medios acercan su dolor a nosotros, es para que el corazón vuele allí. Dios da a sus hijos "piernas de gacela" para que nos socorramos. El amor no conoce distancias. (P.M.)

9.3.2020 El amor al hermano sea el propósito de hoy

Para que todo cobre un gran sentido; para que la luz y el sol caldeen nuestra "habitación"; para que, incluso desde nuestras incapacidades "ofrecidas", aumente en el mundo ese "tesoro de compasión" que está necesitando. (P.M.)

Respetar a quien no piensa como yo

Es natural que nos irrite la falsedad y el engaño, y no es bueno que la tolerancia se nos convierta en indiferencia. Pero nuestro mejor servicio a la verdad es la consideración y el aprecio a toda persona. La verdad y el amor no son separables. (P.M.)

Hacerse cargo de las necesidades de los otros

Sorprende comprobar cuánto el ocuparnos de los demás, estando incluso nosotros bajo la preocupación y el problema, es como abrir una ventana y desintoxicarnos. ¿No nos enseñaron a amar así nuestras madres? (P.M.)

Recomenzar siempre con alegría

Tener que perdonarnos a nosotros mismos "setenta veces siete" sin desalentarnos, ayuda otras tantas a comprender al prójimo. El corazón sincero se hace sabio y misericordioso al conocer en su carne la naturaleza humana. (P.M.)

Afrontar los problemas amando

La vida es siempre mucho más de lo que vemos o padecemos en cada momento. El amor -energía de luz- nos libera de quedar atrapados en el problema y nos permite creer que la realidad es más profunda, y todo tiene sentido. (P.M.)

Amar concretamente con diligencia

Consejo santo: "No esperéis el tiempo, que el tiempo no os espera a vosotros". La circunstancia "mejor" es ahora mismo: este trabajo, esta dificultad, esta persona... Amas y tienes el "pan de cada día", pan del alma, el que alimenta de verdad. (P.M.)

Haz a los demás lo que quisieras que te hicieran a ti

¡Regla de oro! La dicta el "sabio" que todos llevamos dentro. Pienso así unos segundos, y mis relaciones, mis palabras, mis actitudes cambian. Incluso denunciar, corregir, discordar... se hace, pero "de otra manera". Basta probar. (P.M.)

Tomar la iniciativa cuando amamos

Claro que es imposible siempre dar amor sin también recibir. No sale el coche a la carretera sin carburante. Gracias a Dios, su Amor Primero es fuente de energía super y gratis. Basta no olvidarnos de "cargar el depósito". (P.M.)