Que la Palabra de Dios ilumine nuestros pensamientos y acciones
Para no ser "como niños llevados a la deriva por todo viento" de falacias y astucias. Para liberarnos de la tristeza y la torpeza. Dios hablará, eso sí, tan callada y respetuosamente que hará falta un gran silencio. ¿Y no lo vivimos ya? (P.M.)
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