sábado, 1 de agosto de 2020

Abandonémonos sin reservas al amor del Padre


Para que el corazón reviva. Basta "despertar" en nosotros el niño que llevamos dentro, y actuar, batallar, "jugar" y disfrutar de la vida "como si todo dependiera de nosotros, sabiendo que en realidad todo depende Dios". (P.M.)

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