4.6.2021 Compenetrarnos enteramente con la voluntad de Dios
¡Cómo agradecerle a Dios haberle conocido personalmente, "y no solo de oídas"! Y comprobar que son sus manos -y no solo las nuestras- las que tejen cada día la trama de nuestra vida, con sus imprevistos y sorpresas, sus fatigas y sus gozos. (P.M.)
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