Vivir sin amar es como pretender volar sin alas, a trompicones, sin alegría y sin sentido. ¿Dónde goza el niño, crece el adolescente, aprende a enamorarse y entregarse el joven, son felices padres y abuelos? ¿No es el deseo de familia nuestra Buena Noticia? (P.M.)
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