La verdadera paz proviene de haber experimentado la misericordia de Dios
Necesitamos experimentarla. Si nos influye tanto el modo como nos miran y valoran los demás, solo Quien es la Verdad y el Amor es capaz de penetrarnos y sanarnos. ¿Y por qué no ser nosotros reflejo de esa Misericordia? (P.M.)
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