No temer las dificultades porque Dios está siempre con nosotros
…para transformar esa dificultad en crecimiento, en más amor; para madurar en la fe y en la esperanza y hacernos fuertes y valerosos. Lo confesamos juntos: "El Señor es mi luz y mi salvación ¿a quién temeré?" (P.M.)
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