La Palabra de Dios vivida nos reconforta en las adversidades
Quien recibió nuestra ayuda entrañable, se sintió aliviado en su dolor, amado y escuchado profundamente, ya intuyó que hablábamos la lengua de Dios. Ninguna otra Palabra nos unirá tan íntimamente y nos devolverá la Vida. (P.M.)
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