18.2.2021 Ser constantes en acoger los sufrimientos de cada día (Lc 8,23)
Cuando la barca de nuestra vida parece hundirse, Dios no duerme, no. Puede "dormir" nuestra fe, por el miedo y el desaliento. ¡Dios va con nosotros! Un día veremos con admiración, "en diferido", el film de esta travesía. (P.M.)
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