20.3.2021 La Palabra de Dios, traducida en la vida práctica, produce mucho fruto (Cf. Lc 8,15)
Cuando el mundo ignora, a veces con soberbia, lo que Dios le dice, se necesitan personas y grupos que se lo "traduzcan" con una vida ejemplar que resplandezca de frutos. Al que desconoce la higuera, basta ofrecerle los higos. (P.M.)
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