martes, 9 de marzo de 2021

Practicar el perdón, sin cansarse nunca (Cf. Mt 18,22)

Para eso, cuidar el corazón. Para que los nerviosismos, las susceptibilidades, las diferencias de carácter... no apaguen en él la misericordia. Sin perdón no hay familia, la convivencia se envenena, y Dios -que es Amor- se ausenta. (P.M.)

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