Testimoniar la presencia de Dios con nuestra vida (Jer 31,33)
Lleva siglos diciéndolo: que Él desea vivir entre nosotros. ¿Hay algo más natural que un Padre quiera vivir con sus hijos? Pero Dios es el Amor. Y, aunque suene escandaloso, le echamos de casa cuando reina entre nosotros la discordia. (P.M.)
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