El Señor escucha nuestra oración y nos libra de la angustia (Cf. Sal 34,7)
Solo evitaremos que "confinamientos y restricciones" nos angustien y enfríen nuestra relación con los demás si mantenemos viva nuestra unión con Dios. ¿No ha actuado Él siempre en nuestra vida a pesar de nuestros fallos y defectos? (P.M.)
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