Redoblar el compromiso de vivir por quien tenemos cerca

Querer cambiar el mundo sin que cambiemos nosotros, es soñar. Solo la cercanía fraterna y el ejemplo vivo de cómo nos "hacemos cargo" y nos "cuidamos" mutuamente, podrá estimular y convencer a cercanos y lejanos. (P.M.)

Creer en el amor de Dios con determinación

Es comprensible que queramos entender, pero ya llegará ese momento; ahora toca creer. Con el corazón, con alma decidida. Sin muchos análisis ni consideraciones. Y, cuanto más fielmente creamos, más iremos entendiendo. La fe es luz. (P.M.)

Llevar la unidad donde hay discordia

¡La unidad! Todos, menos el diablo, la quieren, pero no todos la "fabricamos". Porque, en este mundo, hace falta luchar y sufrir valerosamente por ella. La Unidad es el "aire" de Dios y la respiración de sus hijos. (P.M.)

Tengamos fe en la misericordia de Dios

No es malo sentir desagrado por lo que soy y lo que somos; lo malo es dudar que nuestro Creador es Padre "rico en misericordia" y nos conoce, nos acoge, nos cura y nos acompañará siempre hasta ser lo que debemos ser. (P.M.)

Abandonarnos al amor de Dios que transforma nuestra vida

¿Verdad que, cuando nos están "curando", lo mejor es estarse quietos? No buscar demasiados análisis y "hacerse" como niños. "Hacerse". Es el "trabajo" de acallar nuestro "yo" y poner en el centro a Quien sabe. (P.M.)

Animarnos mutuamente en las dificultades

Estar pendiente de las dificultades del prójimo, prestarle oídos y animarle, es algo que se contagia. Y el amor así, mutuo, es sanador; el egoísmo es tóxico. Mejor ser felices juntos, motivo de alegría y esperanza recíprocas. (P.M.)

Creer en la generosidad de los demás

¿Buscamos el bien? "Cuando nos miramos a los ojos con bondad, veremos el rostro de Dios": Él es "el Bien, todo Bien, Sumo Bien". Aun oculto bajo nuestras miserias, el amor lo descubre: "todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera".  (P.M.)

La mansedumbre siempre es constructiva

Incluso cuando toca oponerse al mal y al error. No sirve el odio, ni la arrogancia; eso es "paja que arrebata el viento". Sirve el amor, la actitud fuerte y calma de respeto que nace, como siempre, de un corazón sumiso a la guía íntima del Padre. (P.M.)

Fiarnos de Dios y encomendarnos a Él

Como se fía el niño de la madre. Esa Madre (María Virgen) es "reina" porque ama, y ama porque da siempre. Solo se nos pide confiar en el Amor. Y amar. Que toda nuestra dignidad no es otra que ser hijos del Amor. (P.M.)

No desaprovechar las oportunidades de amar

Cada ocasión que se nos brinda es como una cita con lo que es eterno, el amor. Será el único "bagaje" que nos dejarán pasar en el Paraíso. Hacia allá vamos. Este tiempo es precioso. Mejor no desperdiciarlo. (P.M.)

Transformar lo negativo en positivo

Es contrario a la fe y a la propia salud mental llenar el día de pensamientos negativos. La vida es lo que es y no lo que nos gustaría que fuese. Ni sirve esperar a que las cosas mejoren. "Mejoro" yo ahora mismo, y todo mejora. (P.M.)

18.8 El amor de Dios por nosotros no tiene límites

Los límites, infelizmente, los ponemos nosotros. ¿No decimos que "el roce hace el cariño"? ¿Y es posible conocer el amor de Dios sin "rozarnos" con El? ¿No advierto, cuando la fe en ese Amor decae, que mis días "se desvanecen como humo"? (P.M.)

Amar a los demás nos hace experimentar la alegría

Es curioso que algo tan sencillo pueda resultar un descubrimiento luminoso: que la verdadera felicidad consiste en darla; que cuando mi "yo" deja de ser el centro, mi vida es más plena y cargada de energía. ¡Qué bien nos hizo Dios! (P.M.)

16. 8 Mostrarse comprensivos con todas las criaturas

¡Abiertos los corazones a la alabanza! Como, creciendo y madurando, intentamos conocer y comprender nuestro propio cuerpo, miremos así, con amor, a personas y cosas, para velar por todo. Dios es bueno y confía en nosotros. (P.M.)

Amar con un corazón de madre

Se ha ido y se ha quedado la Virgen, uniendo la tierra al cielo. Ahora toca a un puñado de hijos, nacidos y criados en ese Regazo, ser "copias vivientes" suyas. ¿Hay algo más urgente en nuestro mundo que esa ternura materna? (P.M.)

14.8 Discernir el querer de Dios del momento presente

Es que ese su querer es nuestro verdadero Bien. "Somos suyos": divina y humana obra de arte, cada uno, que libremente  ejecutaremos "andando humildes con nuestro Dios" y no "vagando sin sentido por la vida". (P.M.)

No permitamos que las dificultades nos dividan

Ni ignorarlas ni disimularlas, sino asumirlas y "gestionarlas" con realismo. La paz y la concordia tienen un "precio", y un corazón humilde aprenderá cada día que "la unidad es superior al conflicto" (Papa Francisco). (P.M.)

Mantenerse firmes en el amor de Dios

No es Dios el ladrón de nuestros afectos sino su mejor valedor, la "roca que nos salva" de veleidades y decepciones; que sabe hacer de sus hijos atletas de la simpatía, perseverantes, resistentes. ¿Quién mejor que Él nos enseñará el amor? (P.M.)

Ser fieles a la llamada de Dios

Es la verdad más importante y, tal vez, la más olvidada: que estamos en este mundo pero "no somos de este mundo". En nuestro interior resuena esa Vocación Eterna invitándonos, a la vez, al compromiso y al desasimiento. (P.M.)

Perfeccionar la atención a nuestro prójimo en sus dificultades

Ellas son indicadores que invitan a salir de uno mismo, hacen de la vida una providencial aventura, enseñan la "libertad de espíritu", y cargan de energía el amor que "hace nuevas todas las cosas", también los programas de cada día. (P.M.)

Superar cada obstáculo con el amor

 

Ello tal vez no hará que desaparezca el obstáculo, pero sí la amargura, o la tristeza, o la rebeldía... El amor "probado" nos volverá más "gozosos y afables". Y reflejaremos, con la gracia de Dios, "la placidez y la armonía del espíritu". (P.M.)

Dejar espacio para un coloquio más profundo con Dios

¡Cuánta satisfacción produce haber correspondido generosamente en esta vida al amor de nuestros padres, y cuánto dolor no haberlo hecho! ¿Y Dios, que nos ama con "amor eterno", se merecerá el "espacio" que le estoy yo dedicando? (P.M.)

Creer en el amor del hermano

Es tan evidente la frustración a que nos somete cada día el amor humano, que lo propio es fiarse del Amor de Dios y creer en los demás lo que Él cree. Porque ese Amor suyo es luz, ve más allá de las apariencias y libra de los engaños. (P.M.)

Perdonar siempre

Porque el rencor "envenena el alma" y corroe los corazones, lo bueno es pasar por este mundo dejando solo el amor; todo lo demás no sirve. ¿Y hay un amor más auténtico y desinteresado y valiente que el perdón? (P.M.)

Vivir en el presente atentos al prójimo

Esa es la dirección de marcha, el camino de nuestra libertad: la atención al prójimo. No procede pedalear mirando la propia rueda; peligro yo y peligran los demás. Correr, mirar fuera de nosotros, "ensancha el corazón". (P.M.)

Abandonémonos sin reservas al amor del Padre

Para que el corazón reviva. Basta "despertar" en nosotros el niño que llevamos dentro, y actuar, batallar, "jugar" y disfrutar de la vida "como si todo dependiera de nosotros, sabiendo que en realidad todo depende Dios". (P.M.)