sábado, 26 de mayo de 2018

Saber esperar sin prisa


Es dolencia del espíritu empeñarnos en traer el futuro al presente. Le robamos así a la vida el sabor del amor, que es siempre nuevo y es paciente. A Dios, que camina con nosotros, hay que seguirle, no precederle. Sabe Él más que nosotros. (P.M.)

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