lunes, 27 de abril de 2020

Transmitir la fe con nuestro testimonio


No es nuestra esa semilla, la fe, demasiado valiosa, y viene del cielo. Nuestro es el corazón bondadoso y fecundo que la acompaña, la cuida, la protege, la hace germinar. Somos todos mutuamente el sol y el agua de nuestra fe. (P.M.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario