martes, 26 de mayo de 2020

Acoger con alegría la Palabra de Dios en nuestro corazón


¡De cuántas sequedades nos veríamos libres si bebiéramos más de esa fuente! ¡Cuántas heridas se curarían si atendiéramos a ese Médico! Él está siempre conectado. Soy yo quien desconecto. ¿Y me extrañaré de que llegue la tristeza? (P.M.)

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