domingo, 23 de septiembre de 2018

Abandonarse confiadamente al amor de Dios


Cuesta el esfuerzo de la fe, pero recuperamos así la libertad interior y "la verdad del corazón". Porque es deber nuestro, sí, pensar y planear y programar, pero si no reconocemos constantemente que solo en Dios reside "la seguridad de nuestra vida", sufriremos siempre dolor y desencantos. (P.M,)

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