domingo, 2 de septiembre de 2018

Adherirnos con alegría a la voluntad de Dios


Como seguimos las señales de tráfico sin discutirlas, así la voz del deber, una circunstancia imprevista, un deseo de servir, aunque nos cambien de rumbo, son "señales de Dios": por ahí transcurre el bien nuestro y el de los demás. (P.M.)

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