domingo, 25 de agosto de 2019

El dar aligera el corazón


No se nos ven las alas porque las llevamos en el corazón; se ve, eso sí, quien vuela y quien no vuela. "Quien ama, da; da siempre", se da, sobre todo, a sí mismo. Y eso le convierte en maestro de vuelo. ¡Y qué falta nos hace que nos ayuden a volar! (P.M.)

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