domingo, 21 de junio de 2020

El prójimo es siempre un don de Dios para mí


Lo podré ver o no; lo celebraré o lo sufriré, porque la Armonía a la que el Creador nos llama podrá no ser siempre un éxtasis beatífico sino una conquista fatigosa. Pero somos ineludibles, y solo así nos "realizaremos". Y Dios nos bendecirá. (P.M.)

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