sábado, 24 de octubre de 2020

Sentir como propia la vida de los hermanos

¡Qué ejemplos nos ofrecen incluso niños cuidando, en ausencia de los padres, de sus hermanos más pequeños! Es la voz de la sangre. ¡Y pensar que el Padre de los Cielos ha infundido así su "sangre" en nuestros corazones! (P.M.)

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